Si tuvieras que definir con una palabra a Pixar Animation Studios, ¿cuál escogerías? Nosotros lo tenemos claro: creatividad. Desde su primera película –esa en la que un grupo de juguetes cobraba vida ante los ojos maravillados de la audiencia- hasta su próximo estreno, ‘Coco’, la compañía californiana ha creado decenas de mundos, a cada cual más vivo y colorido. ¿El secreto de su creatividad desbordante? Uno que podemos aplicar también a nuestro negocio.
Buscando a Nemo, Wall-E, Up, Cars, Los Increíbles, Ratatouille, Monstruos SA… El currículum de Pixar ya lo querría cualquier compañía de animación: año tras año, nuevas ideas y conceptos originales surgen de una chistera que parece inagotable. En un artículo publicado en Harvard Business Review, el actual presidente de Pixar, Edwin Catmull, detalla el proceso creativo seguido en las entrañas de la compañía.
De toda su explicación, queremos destacar cinco elementos: cinco puntos concretos en los que la compañía del flexo nada a contracorriente y desafía dogmas empresariales polvorientos con resultados sorprendentes.
I – La creatividad, en todos los niveles del proceso
Una película, como una empresa, no es un cuadro pintado por un solo artista. Detrás de lo que se ve, un grupo de personas trabajan poniendo su granito de arena al conjunto, cada cual desde su ámbito. En una película, el rango va desde el actor protagonista a la persona que crea los decorados o que graba los efectos de sonido. La creatividad, recuerda Catmull, no es algo que se imponga de arriba abajo, sino que debe estar presente en cada capa artística o técnica de la organización, como un modo de mirar y producir ideas nuevas para resolver problemas.
II – Minimizar riesgos: tendencia natural, antípodas de la creatividad
Cuando Pixar decide apostar por un concepto, este no aparece claro desde el principio, recuerda Catmull. “Cuando empezamos a pensar en Wall-E, no sabíamos si una historia de amor entre robots en un mundo post-apocalíptico iba a funcionar”, recuerda, y continúa diciendo: “decidimos apostar por ello, y para actuar de este modo hemos de resistir nuestra tendencia natural como empresarios a evitar o eliminar los riesgos, aunque sea más fácil decirlo que hacerlo”.
III – La creatividad también emerge de los límites
Ser creativo tiene un punto de arte, de alcanzar algo nuevo e inesperado. No obstante, el proceso creativo en una empresa tiene una diferencia fundamental con el artista que trabaja para sí mismo en su estudio: los límites. Catmull señala que los líderes de cada proyecto –el director y el productor- no solo trabajan para hacer una gran película, sino también para operar en el marco del tiempo, el presupuesto y el personal. En una frase: “los buenos artistas entienden el valor de las limitaciones”, es decir, trabajan sobre ellas y a través de ellas para alcanzar las soluciones óptimas.
IV – El brain trust: en Pixar todos se ayudan entre sí
Uno de los elementos más característicos del proceso de trabajo en Pixar es el llamado braint trust, un grupo que reúne a los mejores directores de cine de la compañía, con el objetivo de asesorar a los realizadores de las películas en proceso. Sin embargo –y esto es lo importante- el brain trust no tiene ningún poder de decisión real, se trata de un apoyo libre, guiado por el interés de que emerja el mejor trabajo posible, de ayudarse unos a otros. Es este último punto lo que podemos extraer para nuestras compañías: la necesidad de operar todos a una, trocando la competición en colaboración.
V – Las personas son más difíciles de encontrar que las ideas: cuidémoslas
Terminamos con el punto en el que Catmull empieza. El directivo arranca su explicación con un hecho que le sorprende: la mitad de los asistentes a sus charlas piensan que una buena idea es algo más valioso que un buen profesional. Para Pixar, esto es falso: con el ejemplo de Toy Story 2 en mente, el directivo recuerda lo que pasó cuando un buen equipo cogió las riendas del concepto original, que no terminaba de arrancar.
La película fue un éxito e inspiró una máxima de Catmull: “si das una buena idea a un equipo mediocre, la fastidiarán; si das una idea mediocre a un gran equipo, la arreglarán y la harán funcionar, o la descartarán y encontrarán algo que funcione mejor”. En definitiva, como resume el propio presidente, “Pixar es una comunidad, creemos que las relaciones duraderas son importantes y compartimos la noción de que el talento es escaso”.
Poner las personas en primer lugar es lo que proponemos en la Escuela de coaching EDPyN y es el núcleo de esta disciplina: si quieres saber más y desarrollar tus propias estrategias creativas, échale un ojo a nuestro Programa Avanzado en Formación en Coaching. Y, como decía el célebre personaje de Pixar, ¡hasta el infinito y más allá!