Todos fracasamos. Nos ponemos metas a las que no llegamos, o intentamos alcanzar objetivos que se escapan de nuestro agarre. Caemos, y eso puede doler, herirnos en el orgullo… o no. La clave está en lo que la profesora Carol Dweck llama “mentalidad de desarrollo”. Una forma de pensar basada en solo dos palabras, simples pero poderosas: “todavía no”.
Dweck es doctora en Psicología e imparte clases en la Universidad de Stanford. En una TED Talk, pone un ejemplo revelador: según cuenta, existe una escuela en Chicago en la que, a los alumnos que no superan los cursos, no se les califica con un suspenso seco, sino con un optimista “todavía no”. Vamos a explorar qué hace tan importante a esta mentalidad, pero -por si quieres acudir directamente a la fuente original-, te dejamos también con la charla completa de la profesora Dweck:
¿Mentalidad fija o de desarrollo? Crear a partir del “todavía no”
Los dos conceptos clave para entender la teoría de Dweck son los de mentalidad fija y mentalidad de desarrollo. Según la académica, fomentar la segunda nos ayuda a aumentar la capacidad de nuestro cerebro, resolver situaciones complejas y mejorar nuestras habilidades y aptitudes. Tumbar barreras, en definitiva. Siguiendo a la autora:
- Las personas con mentalidad fija piensan, equivocadamente, que si fracasan en algo es porque no tienen suficiente inteligencia o talento. Por falta de perseverancia, abandonan cosas que estaban a su alcance. Constantemente se empeñan en demostrar su inteligencia y su talento, en que el mundo no vea sus deficiencias y no les trate como perdedores.
- Las personas con mentalidad de desarrollo son, por el contrario, las que piensan en el “todavía”. Son personas más humildes, que saben que no tienen todas las capacidades que necesitan, pero que confían en que estas se pueden cultivar mediante el esfuerzo y el aprendizaje. Buscan desafíos para mejorar y creen firmemente en que las personas pueden crecer más allá de los fracasos.
Como señalan en el portal Think Big Jóvenes, la manera de dar el salto de la primera a la segunda mentalidad es aprendiendo a mover el foco. Se trata de no centrarse en la inteligencia o el talento como si estos fueran fotos fijas, sino valorar el proceso, con todo lo que esto implica: esfuerzo, estrategias, enfoque, perseverancia y progreso. De nuevo, en palabras de Dweck: «cada vez que damos un paso fuera del terreno conocido para aprender algo nuevo y difícil, nuestras neuronas crean nuevos vínculos más fuertes».
Aprender humildemente de los errores y desafiar los paradigmas limitantes que podemos estar siguiendo sin darnos cuenta son elementos fundamentales en el coaching.
Si tienes todavía 1 minuto te invitamos a ver nuestro vídeo #Vadecoaching «Error y fracaso»
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