El comportamiento humano puede parecer un misterio, sin embargo hay una ciencia que lo estudia; la sinergología. Hoy, nos gustaría introducir uno de los best-sellers más importantes de esta disciplina: «El Lenguaje del Cuerpo», de los famosos Allan y Barbara Please.
Barbara y Allan han estudiado a lo largo de su vida lo que los gestos dicen de cada uno, segmentándolos y particularizándolos para sacar el máximo partido de la comunicación no verbal.
¿Te gustaría saber cuales son los 13 gestos más comunes del comportamiento humano?
En nuestro trato diario con los demás llevamos a cabo diferentes gestos y posturas, aparentemente sencillas, que nos pueden dar gran cantidad de información respecto a las actitudes negativas o positivas que muestra nuestro interlocutor. Estas señales corporales se pueden llegar a exhibir con tan sólo un simple movimiento de cabeza.
Existen tres posiciones básicas de la cabeza: levantada, ladeada y hacia abajo. En primer lugar levantar la cabeza nos informa de la actitud neutral respecto al tema en cuestión pero si se levanta con exceso nos transmite una posición de superioridad, poder y agresividad. En segundo lugar, ladear la cabeza es señal de interés y sumisión; dar uso de esta posición genera confianza para captar al interlocutor. En tercer lugar, la cabeza hacia abajo transmite una percepción, señal de desaprobación o abatimiento respecto al tema.
También son de importancia los movimientos de negación y afirmación con la cabeza. Cuando asentimos con la cabeza mostramos una señal de acuerdo y sumisión; se trata de una herramienta de persuasión. Las personas hablan entre tres y cuatro veces más de lo normal cuando la persona que escucha asiente con la cabeza. Hay que tener en cuenta la velocidad del gesto: su lentitud expresa interés y su rapidez impaciencia. Por lo contrario negar con la cabeza muestra desacuerdo, sin tener en cuenta el mensaje verbal que se transmite.
Al encogernos de hombros nos disculpamos de forma sumisa, mostrando inseguridad y desconfianza en uno mismo. Es importante mantener una posición relajada que exprese confianza a nuestro interlocutor.
Cuando una persona se sacude de encima pelusa imaginaria suele mirar hacia abajo y apartar la vista de los demás: señal de desaprobación, con una opinión secreta que prefiere no declarar. En caso contrario llevarse las manos a las caderas indica que la persona está lista para llevar a cabo una acción decisiva, la hace más visible, ya que ocupa más espacio.
Dentro del comportamiento humano encontramos también varias posturas denominadas masculinas debido a su naturaleza, que pueden llegar a ser sexualmente agresivas y dominantes. Estas son la «postura del vaquero» (pulgares escondidos en el cinturón), las piernas abiertas y la pierna sobre el brazo del sofá. Las tres son muestra de autoridad sobre otros congéneres e intimidación. No son adecuadas para establecer un acuerdo entre interlocutores ya que generan provocación. En la misma línea encontramos la postura de sentarse a horcajadas, muestra de dominio y control pero con protección, utilizando la silla como escudo.
Otra postura amenazante es la de la catapulta: manos a la cabeza y codos hacia fuera; intimida a los demás exhibiendo la necesidad de la persona para que los demás perciban intelectualidad o dominio sobre el tema.
Finalmente también tiene relevancia el ángulo e inclinación respecto a la otra persona. Inclinarse hacia delante es una forma de mostrar interés, dando a conocer que dicha persona está preparada para ponerse en acción. Respecto al ángulo, es necesario mostrar el cuerpo relajado: cuando dejamos medio cuerpo alejado damos señales de evaluación respecto al otro, si alejamos todo el cuerpo mostramos desinterés por el contenido.
Todas las señales de lenguaje corporal comentadas son fáciles de detectar porque son observables. Por lo tanto, para una buena comunicación, es esencial comprender estas señales además de practicar aquellas significativamente positivas, dejando atrás aquellas que puedan dificultar el acuerdo y la confianza con el interlocutor.
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