¿Qué me mueve a actuar? Esta pregunta, que puede parecer inocente, esconde un gran potencial. Encierra en escuetas cinco palabras la posibilidad de mirar detrás del tapiz de nuestras acciones. De escudriñar los motivos reales que nos llevan a tomar las decisiones diarias. Es lo que estudió hace casi cuatro décadas el psicólogo clínico Taibi Kahler. Hoy, los resultados de su investigación siguen arrojando luz sobre nuestros impulsores internos.
Una creencia no aparece de la noche a la mañana: al contrario, suele ser el resultado de un largo proceso de sedimentación. Poco a poco, a fuerza de mensajes recibidos y procesos internos, vamos forjando en nuestro interior convicciones. Estas son aceptaciones acerca de la verdad o realidad del mundo que nos rodea. Se yerguen como filtros a través de los cuales percibimos el entorno. Redes entre el mundo y nosotros.
Los cinco impulsores internos: el límite que nos auto-forjamos
Durante su juventud, el psicólogo clínico Taibi Kahler dedicó buena parte de su tiempo a estudiar estas creencias, y llegó a la conclusión de que existen cinco impulsores internos –o drivers, según los llama él- que afectan a nuestra toma de decisiones. Se trata de una serie de creencias adquiridas que, aunque en apariencia pueden parecer positivas, en realidad la mayoría de veces resultan limitantes. Propagan en nuestra mente las ideas de que “solo eres aceptable si…” o “la gente solo te aceptará si…”.
La lista de estos cinco incluye las siguientes cinco formulaciones:
- “Sé perfecto”: Ocurre cuando quieres hacer todo bien, a la primera y sin fallos. Cuando crees que has de ser perfecto hasta el más mínimo detalle.
- “Sé fuerte”: Este impulsor te lleva a querer ser capaz de hacer todo por ti mismo, sin ayuda de nadie. Tener que pedir ayuda sería una muestra de debilidad, un fracaso.
- “Complace”: Se trata del estado mental en el que quieres agradar y gustar a todo el mundo. Evitas enfadar, disgustar o contrariar a los demás a toda costa.
- “Date prisa”: Se da cuando quieres aprovechar todas las oportunidades y no dejar pasar ningún tren. El tiempo es oro y no hay que perderlo ni desperdiciarlo.
- “Esfuérzate”: Aquí, quieres alcanzar metas muy ambiciosas, sin importar el esfuerzo o el sacrificio que impliquen. Aunque parezca imposible, hay que esforzarse.
Cómo identificar tus impulsores internos
Desde luego, el esfuerzo, la simpatía, la fortaleza o la disposición a actuar no son valores negativos per se. Sin embargo, se convierten en obstáculos cuando se vuelven un mandato mental. Cuando limitan tu acción, te impiden alcanzar objetivos y te hacen entrar en un ciclo vicioso: cuando tu autoestima y satisfacción se encuentra condicionada a cumplir con estas leyes auto-impuestas y más o menos inconscientes. Cuando incumplir el mandato de los impulsores internos te hace caer en un estado de vergüenza o culpa por no haber estado a la altura de tu propia exigencia.
El Coaching es una herramienta fantástica para reconocer nuestros propios impulsores internos e identificar de qué modo estas creencias nos limitan. Por ello, si estás interesado en aprender más sobre el tema, identificar qué creencias has adquirido sin saberlo y adquirir habilidades prácticas para combatirlas, te interesarán nuestras formaciones en coaching.