Stephen Covey (reconocido autor en materia de desarrollo) dedicó su vida a investigar las relaciones humanas y a tratar de descubrir cómo se podían mejorar. Además de una larga lista de libros, fue autor de un concepto innovador en su época que resulta tan útil como fácil de entender a día de hoy: la cuenta bancaria emocional.
¿Qué es la cuenta bancaria emocional?
Se trata de una metáfora, de un agudo símil entre el saldo monetario que almacenamos en el banco y el saldo emocional que almacenamos dentro de nuestro ser. El dinero, en este caso, se entiende como la confianza existente en una relación personal y se mide con la cantidad y calidad de nuestras relaciones personales. Es por ello que nuestras acciones, para bien y para mal, representan respectivamente un depósito o un retiro sobre el saldo del que disponemos.
Así de simple, cuantas más y mejores relaciones establezcas con otras personas, más verás relucir el interior de tu cuenta bancaria emocional. Esto, por supuesto, se traduce en paz contigo mismo, en bienestar, en autoestima y en autorrealización.
Sin embargo, desde que el ser humano es humano, es decir, desde hace bastante, nos sabemos conscientes de nuestros fallos.
El mal existe, todos cometemos errores a diario y, por lo tanto, la metáfora de la cuenta bancaria emocional estaba obligada a tenerlo en cuenta. Es común tener problemas de relaciones, estar bien con los compañeros de trabajo y mal en casa, o viceversa, y precisamente cuando la relación está torcida y no hacemos nada para solucionarlo es cuando empezamos a poner en peligro la integridad de nuestro saldo. Acciones que lo hacen bajar drásticamente son, por ejemplo, la ofensa a un allegado, la discusión que se acalora sin impedirlo, la crítica destructiva, la falta o la desestima, entre otras.
Todo ello nos lleva a buscar compensar o, preferiblemente, a esforzarnos por depositar lo máximo posible para que nuestro saldo pueda resistir las inevitables retiradas. Eso sí, para que el depósito sea efectivo debe partir de la sinceridad, es decir, puesto que en el ámbito emocional es imposible a largo plazo engañarnos a nosotros mismos, para que los ingresos tengan efecto deben surgir de emociones y pensamientos reales (la falsa adulación, por ejemplo, no engrosará nuestros números).
Entonces, ¿cómo lo hacemos?
5 maneras de hacer crecer tu Cuenta Bancaria Emocional
1- Fomenta las buenas relaciones: Acércate y entabla relación con aquellos de quienes puedas recibir estímulos saludables y esfuérzate en hacer lo mismo por ellos. Todos salimos ganando, ¡sólo has de encontrar a las personas adecuadas!
2- Sé fiel a tus responsabilidades: Para lograr mantener el saldo que estabiliza tu cuenta emocional, debes ganarte la confianza de tus allegados y de aquellos con quienes te vas cruzando en el camino vital. Si rehúsas tus responsabilidades y compromisos, tu credibilidad se verá en jaque y tu saldo emocional bajará irremediablemente.
3- Cuida los detalles: Los pequeños gestos no se tienen que ver como algo pasteloso, sino como una forma estupenda de demostrar afecto o aprecio hacia quienes te rodean. Si estás agradecido por algo, hacerlo visible con algo tan simple como un «gracias» sincero supone un pequeño y eficaz depósito para tu cuenta. ¡Todo lo bueno suma!
4– Discúlpate cuando sea necesario: Una vez más, partiendo de la sinceridad. Disculparse de corazón, como se suele decir, es la mejor forma de hacer ver a los demás que eres consciente de tu fallo y que estás listo para ponerle solución. Recuerda, ¡la tozudez no hará aumentar tu saldo!
5-Sé coherente con lo que predicas: La coherencia es el pegamento que une nuestro ser, al menos emocionalmente hablando. Lo engloba todo; quien es coherente sabe disculparse, es sincero, valora los detalles, es responsable y, con total seguridad, se unirá a aquellos que, como él o ella, quieran llenar el saldo de su cuenta bancaria emocional.
Ahora que conoces el tema con más profundidad, ¿crees que deberías aplicar algún cambio a tu rutina diaria?
¡Inténtalo! Ya que la recompensa será, poco a poco, construir con buen pie tu propia felicidad.
Si quieres saber más sobre la disciplina del coaching y sus beneficios, te invitamos a ver más información «¿Qué es el coaching?»